sábado, 15 de septiembre de 2007

LAS SIETE MARAVILLAS DEL MUNDO ANTIGUO






Los historiadores griegos y romanos determinaron los siete monumentos más representativos de la antigüedad en una lista de maravillas que ha pasado a la historia. Herodoto fue el primero en mencionar esta idea, hacia el siglo V a.C., y en el incendio de la Biblioteca de Alejandría ardió un volumen que Calímaco de Cyrene dedicó al tema en el siglo III a.C. Sin embargo, nunca llegó a haber más de cinco maravillas de forma simultánea, y es que la enumeración definitiva data de la Edad Media, cuando se recopilaron los recuerdos sobre aquellos monumentos, ya casi todos perdidos.






Curiosamente, la mayor parte de estos monumentos tuvieron una vida relativamente corta y fueron presa fácil y reiterada de vándalos, gamberros e invasores. Por ello, al pasar revista a la capacidad del ser humano de crear hermosos lugares, es también obligado reflexionar sobre su aún mayor capacidad para la destrucción irracional. Quedan aún sobre la Tierra muchas maravillas, de la antigüedad y de la modernidad, que no se localizaron en el mundo conocido por los romanos y los griegos o que fueron posteriores a ellos.
Cabe preguntarse si queremos que en el futuro se nos recuerde como ahora podemos pensar en aquellos salvajes destructores. La pirámide de Keops, la más antigua de todas, es la única de las legendarias Siete Maravillas que se conserva en la actualidad, y con su magnificencia corrobora la importancia que un monumento debía tener para pertenecer a esta lista:



LA ESTATUA DE ZEUS

EL COLOSO DE RODAS

EL TEMPLO DE ARTEMISA DE ÉFESO

LOS JARDINES COLGANTES DE SEMÍRAMIS

LA PIRÁMIDE DE KEOPS

LA TUMBA DE MAUSOLO

EL FARO DE ALEJANDRÍA


Tomado de la web: las siete maravillas





jueves, 6 de septiembre de 2007

HISTORIA DE LA ASTRONOMÍA





La Astronomía nació casi al mismo tiempo que la humanidad.



Los hombres primitivos ya se maravillaron con el espectáculo que ofrecía el firmamento y los fenómenos que allí se presentaban. Ante la imposibilidad de encontrarles una explicación, estos se asociaron con la magia, buscando en el cielo la razón y la causa de los fenómenos sucedidos en la Tierra. Esto, junto con la superstición y el poder que daba el saber leer los destinos en las estrellas dominarían las creencias humanas por muchos siglos.




Muchos años de observación sentaron las bases científicas de la Astronomía con explicaciones más aproximadas sobre el universo. Sin embargo, las creencias geocentristas apoyadas por los grupos religiosos y políticos impusieron durante muchos siglos un sistema erróneo, impidiendo además el análisis y estudio de otras teorías.Hoy, la evolución y difusión de las teorías científicas han llevado a la definitiva separación entre la superstición (astrología) y la ciencia (Astronomía).



Esta evolución no ha ocurrido pacíficamente, muchos de los primeros astrónomos "científicos" fueron perseguidos y juzgados.






LA ASTRONOMÍA EN LA ANTIGÜEDAD





La curiosidad humana con respecto al día y la noche, al Sol, la Luna y las estrellas, llevó a los hombres primitivos a la conclusión de que los cuerpos celestes parecen moverse de forma regular.

La primera utilidad de esta observación fue, por lo tanto, la de definir el tiempo y orientarse.La astronomía solucionó los problemas inmediatos de las primeras civilizaciones: la necesidad de establecer con precisión las épocas adecuadas para sembrar y recoger las cosechas y para las celebraciones, y la de orientarse en los desplazamientos y viajes.




Para los pueblos primitivos el cielo mostraba una conducta muy regular. El Sol que separaba el día de la noche salía todas las mañanas desde una dirección, el Este, se movía uniformemente durante el día y se ponía en la dirección opuesta, el Oeste. Por la noche se podían ver miles de estrellas que seguían una trayectoria similar.En las zonas templadas, comprobaron que el día y la noche no duraban lo mismo a lo largo del año. En los días largos, el Sol salía más al Norte y ascendía más alto en el cielo al mediodía. En los días con noches más largas el Sol salía más al Sur y no ascendía tanto.

Pronto, el conocimiento de los movimientos cíclicos del Sol, la Luna y las estrellas mostraron su utilidad para la predicción de fenómenos como el ciclo de las estaciones, de cuyo conocimiento dependía la supervivencia de cualquier grupo humano. Cuando la actividad principal era la caza, era trascendental predecir el instante el que se producía la migración estacional de los animales que les servían de alimento y, posteriormente, cuando nacieron las primeras comunidades agrícolas, era fundamental conocer el momento oportuno para sembrar y recoger las cosechas.



La alternancia del día y la noche debe haber sido un hecho explicado de manera obvia desde un principio por la presencia o ausencia del Sol en el cielo y el día fue seguramente la primera unidad de tiempo universalmente utilizada.Debió de ser importante también desde un principio el hecho de que la calidad de la luz nocturna dependiera de la fase de la Luna, y el ciclo de veintinueve a treinta días ofrece una manera cómoda de medir el tiempo. De esta forma los calendarios primitivos casi siempre se basaban en el ciclo de las fases de la Luna.




En cuanto a las estrellas, para cualquier observador debió de ser obvio que las estrellas son puntos brillantes que conservan un esquema fijo noche tras noche.Los primitivos, naturalmente, creían que las estrellas estaban fijas en una especie de bóveda sobre la Tierra. Pero el Sol y la Luna no deberían estar incluidos en ella.Del Megalítico se conservan grabados en piedra de las figuras de ciertas constelaciones: la Osa Mayor, la Osa Menor y las Pléyades. En ellos cada estrella está representada por un alvéolo circular excavado en la piedra.Del final del Neolítico nos han llegado menhires y alineamientos de piedras, la mayor parte de ellos orientados hacia el sol naciente, aunque no de manera exacta sino siempre con una desviación de algunos grados hacia la derecha. Este hecho hace suponer que suponían fija la Estrella Polar e ignoraban la precesión de los equinoccios.


TOMADO DE LA WEB "PÁGINA DE ASTRONOMÍA"