sábado, 28 de julio de 2007

QUEBRANTAHUESOS



En la actualidad, los conocimientos existentes sobre la especie plantean la diferenciación dos subespecies, Gypaetus barbatus barbatus, donde quedan incluidos los ejemplares de Eurásia y Norte de África y Gypaetus barbatus meridionalis, que incluye los de África oriental y meridional.

Dimensiones: 2,8 m de envergadura y de 4,7 a 7 kg de peso.


El principal carácter diferenciador entre ambas subespecies es la ausencia de un mechón de plumas negras en la región auricular en el Gypaetus barbatus meridionalis.






Su silueta es muy característica: alas estrechas y puntiagudas y larga cola en forma de rombo. Ejemplares adultos con dorso y las alas de color negro, cabeza y vientre blancos, aunque rara vez se ven así sino más bien de color amarillo - anaranjado debido a la costumbre que tiene de teñir su plumaje con barro.




Se trata de una especie presente en zonas de montaña, con preferencia por aquellos donde existen espacios abiertos y zonas con cortados y paredes escarpadas, su presencia además de estos factores físicos, está influida por la existencia de ungulados silvestres o domésticos en estos territorios.




La subespecie Gypaetus barbatus barbatus ha visto reducida sus territorios a zonas meridionales de la región paleártica y Norte de África (montañas del Atlas, Pirineos, isla de Córcega, Alpes, Balcanes, isla de Creta, Asia Menor, Oriente Medio, Cáucaso, Irán, Hindu Kush, Tian Shan, Altai, Meseta de Pamir, Karakorum, Kuen Lun e Himalaya).



En el mundo se considera una especie rara y en regresión, catalogada “en peligro de extinción” en toda Europa. La especie llega a ésta situación debido al uso ilegal de venenos y a la persecución directa (caza, expolio de nidos, etc.), lo que ha dado lugar a que en la actualidad tan sólo se mantengan algunas poblaciones pequeñas y aisladas, siendo la población de Pirineos, la única considerada como viable en Europa.


En la Península Ibérica, la distribución actual ha quedado relegada al área pirenaica y prepirenaica (21.000 km²), donde sobrevive una población hispano-francesa cifrada, en 2002, en 126 territorios ocupados (compuesta por ejemplares reproductores y no reproductores con hábitos territoriales), de los cuales 99 se asientan en la vertiente Sur (España) y 59 de ellos en la Comunidad Autónoma de Aragón (montañas pirenaicas y prepirenaicas de Huesca y Zaragoza).

En cuanto a la población preadulta, en 2002 se estimó en unos 200 ejemplares para el conjunto de la cadena pirenaica, mediante la técnica de censos simultáneos anuales realizados a lo largo de toda la cordillera y de forma coordinada, entre todas las CCAA con presencia de la especie y Francia, en la que participan de forma activa Agentes para la Protección de la Naturaleza (APN) y técnicos del Gobierno de Aragón, junto a miembros de ONG.



El quebrantahuesos todavía se distribuye ampliamente en algunas montañas de Europa, Asia, y África. La subespecie Gypaetus barbatus barbatus es la más extendida y se encuentra en las principales cordilleras de Eurasia y norte de África, ocupando algunas montañas cincurmediterráneas (Pirineos, Alpes, Balcanes, Asia Menor y Atlas), extendiéndose hacia el este por algunas montañas del suroeste de Arabia, Caúcaso, Irán, Pakistán, hasta las grandes cordilleras de Asia Central (Hindu-khus, Himalya, Pamir, Tien-Shan y Altai...)

Por otra parte, se encuentra la subespecie Gypaetus barbatus meridionalis, que se reparte por algunas montañas del sur y este de África, principalmente en Etiopía y Sudáfrica (Cordillera de Drackensberg), así como en algunos enclaves montañosos aislados de Kenia, Tanzania, y Uganda.
Su distribución coincide en gran medida con la que tienen las diferentes especies de los géneros de Caprinae, que constituyen la base de su alimentación. En general, las mejores poblaciones de quebrantahuesos se encuentran en zonas remotas donde no ha sido perseguido y afectado por los cebos envenenados. También es de gran importancia que las montañas mantengan poblaciones de ungulados salvajes y ganado doméstico.





Tomado de la web de la FUNDACIÓN PARA LA CONSERVACIÓN DEL QUEBRANTAHUESOS

jueves, 12 de julio de 2007

CASTILLO DE COCA (SEGOVIA)


Se trata de un castillo de finales del siglo XV, propiedad de la Casa Ducal de Alba, pero cedido en uso a la Junta de Castilla y León. Se encuentra prácticamente completo y restaurado.


Situado en la antigua Cauca romana -hoy Coca-, ciudad natal del Emperardor romano Teodosio el Grande, es la mayor expresión de la arquitectura militar en ladrillo. Fue edificado por el arzobispo don Alonso de Fonseca, durante el reinado de Enrique IV de Castilla, a finales del siglo XV. Con dos recintos de planta cuadrada, flanqueados en sus esquinas por torres poligonales, una de ellas la del Homenaje. Actualmente se utiliza como Escuela de Formación de Capataces Forestales y Agrícolas.



1464. Sufre un asedio por parte de las tropas de Enrique IV, en plena guerra contra el príncipe Alfonso, proclamado por parte de la nobleza.
El lugar sólo se puede defender desde la muralla, por lo que se supone que el castillo aún no existe.

1467. La reina Juana, esposa de Enrique IV, se encuentra retenida por Alonso de Fonseca, siguiendo instrucciones precisas del rey.

1469. Recibe a la comitiva del Cardenal francés de Albi, Jean Jouffroy, que viene a proponer el matrimonio de Isabel de Castilla con el Duque de Berry de Guyena, hermano de Luis XI.



1473. Muere Alonso de Fonseca.
La villa de Coca es heredada por su sobrino, también llamado Alonso de Fonseca, verdadero impulsor de la construcción del castillo.


El castillo por lo tanto se construye entre los años 1473 y 1496.


En la torre del homenaje existe un nombre: ALFONSO DE FONSECA, y una inscripción incompleta con fecha MCCC..., que permite aventurar que dicha torre se terminó antes del siglo XV.


1503. Isabel la Católica ordena que la villla de Coca sólo pueda ser heredada por varones, elimando de esta forma los derechos de las dos hijas de Alonso de Fonseca.


1505. Tras la muerte de áquel, pasa a ser propiedad de Antonio Fonseca, capitán de los Reyes Católicos y hermano de Alonso, quien aumenta los elementos defensivos del castillo.
En el mismo año y ante la demora en la terminación del castillo, por orden real, se apremia a la villa de Olmedo a contribuir con "toda la piedra que oviera menester".
La intención de los Reyes Católicos pudiera ser la de evitar que la hija mayor de Alonso de Fonseca, Maria Fonseca, heredase Coca.




María Fonseca había sido raptada de un convento y posteriormente había casado sin consentimiento real con el Marqués de Cenete.
Al poco, el castillo tiene que resistir el ataque del propio marqués, estando su prometida retenida, en contra de su voluntad, por su tío, Antonio de Fonseca.
El citado es nombrado poco después Capitán General "de todas las gentes de a pie y a caballo en los reinos de Castilla y Leon".


1521. El castillo nuevamente vuelve a ser atacado, esta vez por las tropas comuneras. Dicho ataque viene motivado en represalia por el incendio anterior que el propio Antonio de Fonseca había ordenado.


Los comuneros al no conseguir tomar el castillo se desplazan y destruyen la cercana Fortaleza de Alaejos.

Siglo XVII. Sufre prisión el Duque de Medina Sidonia, Gaspar Alonso Pérez de Guzmán, tras intentar proclamarse Rey de Andalucía.


Estando en posesión de la Casa de Alba, el castillo entra en una fase de abandono y ruina, hasta que es cedido al Ministerio de Agricultura, procediéndose a su reconstrucción entre los años 1956 y 1958.
Hoy en día en su interior está ubicada la Escuela de Formación de Capataces Forestales.



Tomado de la web: castillosdejimr.com